En los recuerdos habita nuestra infancia.
Y en ella está Pirulo.

jueves, 2 de abril de 2009

Pirulo en Panorama Bonaerense


El título de la nota era: "PIRULO Y LOS CUBANITOS"
Esta vez no es una denuncia vecinal. Tampoco la inauguración de un servicio público ni nada parecido. En la foto le presentamos a Pirulo.Es el que hace 17 años vende cubanitos en la zona de San Martín. Vivi en Villa Maipú, a dos cuadras de la Cancha de Chacarita. El jueves pasado, en su ronda habitual frente a un colegio de Villa Ballester, Pirulo estaba en la esquina con su mercadería en la palma de la mano, ofreciendo la dulce nueva a los chicos que salían de clase.
Todos los chicos lo adoran. Es bueno y cordial con ellos, siempre.
Todos lo afirman. Más ahora. Por que el jueves pasado una anécdota trazó una nube sobre la cotidiana y dulce rutina de Pirulo: un chico, de esos que todavía no han podido diferenciar la bondad de la tontería, o que quizás por ser chico no aprendió sus límites le quitó el birrete a Pirulo, Pirulo se inclinó para recogerlo, pero el chico "piola" la alejó de un puntapié Pirulo corrió a buscarla, pisó mal y se cayó, su mercadería se desparramó. Y él cayó con tan mala ortuna, contra un automotor esacionado que se lastimó una rodilla. Lo llevaron a la Cruz Roja, próxima al establecimiento escolar. El viernes, sábado y domingo estuvo en cama. Los días que él más trabaja. Y necesia del dinero. Hace un año quedó viudo. Y tiene una chica de 16 años que cursa el peritaje mercantil en un colegio de La Paternal.
El chico "listo" y otro compañero que también intervino en el chiste, fueron llamados a la dirección para una reprimenda.
El lunes, un grupo de compañeros que también los que le hicieron la mala jugada a Pirulo, hicieron una colecta entre ellos, con el dinero que llevaban encima para los gastos diarios, y juntaron $560 viejos. Y al mediodía se lo dieron. Pirulo, emocionado,les acarició la cabeza, les dijo que era padre de familia y que tenía que trabajar para hacer frente a lo que todo padre de familia tiene que hacer frente.
Que esperaba que no pasara otra vez y que estaba muy contento que al chico que le había arrebatado la gorra, no le hubiera pasado nada. Porque esto no lo contamos: hyendo de su "diablura" se internó en el medio de la calle, y se salvó raspando que un coche lo hiriera. O algo peor. Lástima. Ese chico no estuvo entre los que se acercaron a Pirulo el lunes. Hubiera sido lindo que le dijera su "Disculpe". El martes otro grado, el 7º creemos, le entregó, mientras nosotros lo entrevistábamos, otro sobre con 1000 nacionales.
"Esta carta es para Ud. Vino de Madrid". Y desaparecieron. Lindos gestos. Que reconfortan. Los chicos siguen siendo buenos. "Hermosos, maravillosos", decía Pirulo, pasándose la diestra por los ojos, quizá por el sol que le daba en la frente.
Revista Panorama 18 de Mayo de 1972

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