Agosto se los lleva

El tres de agosto de 1999, cerca del mediodía sonó el teléfono, obvio como cualquier día, sólo que esta vez la voz en el aparto anunciaba la desgracia.
No lo atendí yo pero a través de los ojos de Agustín leí el mensaje.
Sucedió en San Martín, mi Primo remisero oyó el comentario
-Viste á quién encontaron muerto?
Y luego el relato:
Una Señora pasaba por la puerta del Club de Ajedrez y desde la vereda vió un cuerpo caído dentro de las instalaciones...
Policía, rotura de vidrios, médico forense, autopsia.
Lo que siguió fue tortuoso. Primero la confirmación desde la Comisaría, luego la confirmación desde el Ramón Carrillo en donde supuestamente estaba el cuerpo.
Lo cierto es que para Pirulo fue todo un trámite irse de esta tierra, pasaron tres días hasta que una fosa común lo recibió.
En esa época ninguno de nosotros contaba un peso,llegar a San Martín desde Pacheco fue como colados en el tren, no hubo para una sala velatoria, lo único que se consiguió fue la sala del cementerio la última noche, el cajón fue el que dan en el Municipio, no hubo coronas ni desfiles, sólo la lluvia y la familia.
Los tres días que tardó en entregarse el cuerpo fueron ocupados para eso, para recuperarlo.
Fueron anécdotas de omisiones famosas o de frases ídem
En el Carrillo (mi Viejo había donado sus órganos)nos dijeron que los órganos no los sacaron porque se sacan en vida y ya Pirulo estaba muerto(?)
La Directora del Registro Civil de San Martín dijo que Pirulo no se podía haber muerto a las 00.00 hs ; porque a esa hora no se puede morir nadie (?)
La mujer dijo -Pensar que Juan José siempre dijo que cuando muriera todo el mundo lo iba a venir a despedir y mirá vos, casi nadie...
Los funcionarios que conocimos fueron dignos de una película de Fellini.
Lo cierto es que aún lo veo llegar de visita como todos los lunes (su día de descanso) con sus bolsitas llenas de cubanitos y manzanas para regalarle a sus nietas.
Todavía siento que en un sentido es cierto A Pirulo no fue nadie a despedirlo porque aún sigue aquí.
Seguramente esperando una despedida imponente.
Seguramente cuando tenga su propio monumento
¿será?